LXIII – CARAMBA!


Esta mañana pasó a saludarme a la oficina Andrea, un externo. Una persona muy amable. Lo acompañaba Paolo, un compañero de trabajo.
Me dijo “buenos días! Qué gusto verlo! Cómo está?”
“Mal! Muy mal!” le dije sonriendo…
Y después agregué “Podía ser peor! Si hubiera usted pasado a saludarme y no me hubiera encontrado, por ejemplo!”
Regresemos a la historia. O mejor, empecémosla…
Hoy, les quiero contar qué piensa Mónica de mis historias.Obviamente a ella le pedí que leyera algunas. Lo mismo que a Chiara. Para prepararlas.
Hace algún tiempo le pregunté “Te gustan más las historias tristes o las alegres”.
Ella me contestó “Las tristes, aunque me hacen llorar”.
Y después me dijo: “Pero también me gustan las que me hacen reir”
Entonces le dije “Te gustan todas, en conclusión!”
“Sí, pero…” dijo ella.
“Pero?” dije yo.
Ella “Pero pones demasiadas groserías”.
Y enseguida agregó, “Si las leen los niños…”
Desorientado, le dije “Cómo si las leen los niños? Los niños no deberían tener Facebook. Yo me inscribí a los 47 años con un objetivo bien específico. Y además, si usan Facebook ahí encuentran de todo”.
Después le dije “Ok, en las próximas historias trataré de dosificar el uso de esa palabra”.
Y luego me puse a pensar…
Demasiadas groserías?
No me parece haber usado demasiado esa grosería.
Tal vez se refería a “Era como la sandía”. Ahí, efectivamente, usé ese término seis veces. Pero en ese caso quedaba bien.
Además es un término usado y reusado. Lo usan todos. Quién podría escandalizarse…
Después tomé el diccionario de los sinónimos para buscar otro término que diera bien la idea y no les cuento lo que encontré.
Mejor ni les digo.
Casi todos los términos que encontré son mucho más vulgares del que uso yo.
Me pusé a leer de nuevo las historias en las cuales he usado esa grosería y pensé en substituirla con el único término que no es vulgar.
Con “Caramba!”
Pero no da la idea… absolutamente no la da.
Lo sé Padre Luca que tú también tienes razon, lo sé.
Perdóname si en algunas historias usé ese término y si aún lo usaré en otras. Es para dar mejor la idea. En otras, trataré de usar caramba!
Además, discúlpame, pero si en Italia un archiobispo minimizó la blasfemia de un político cuando contó un chiste, argumentando que las cosas deben ser contextualizadas, contextualicemos también el término que uso de vez en cuando en mis historias.
O no?
Ok, Ok, padre, me detengo aquí o tendré que ir a confesarme contigo…

Rivolta d’Adda, viernes 10 de octubre 2014

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